jueves, 9 de agosto de 2012

Si las paredes hablaran...


¡Uy si las paredes hablarán! Seguramente revelarían las veces que nos hemos desnudado con la mirada, las veces que hemos recorrido nuestros cuerpos y los solos que nos aventamos con gemidos… Las veces que hemos mojado las ganas y las otras tantas que humedecemos los deseos.

Si las paredes hablaran, seguramente vociferarían la envidia que nos tienen. Y es que cuando de materializar el amor se trata, nosotros no somos avaros todo lo contrario, somos generosos. Demasiado, diría yo.

Yo te ofrezco el mejor vino, ése que sólo se bebe de mi piel y tú me das la mejor miel, ésa que sale de tus labios. Luego, entre caricias y juegos, dejo que la inspiración se apiade de ti, te seduzca y... Lentito, lentito plasmas tu poesía en mi espalda con la tinta de tus labios. 

Te pierdes en mis piernas, te encuentras en mis manos, nuestros cuerpos estremecidos, soy tan tuya, tú tan mío. Corazones que se conjugan en un sólo verbo, almas que son una sola rima. La electricidad del universo concentrada en un momento, un instante. Un instante en el que vivo, un instante en el que muero. 

2 comentarios:

Míkel F. Deltoya dijo...

muy buen texto, y afortunadamente las paredes no hablan, y todo aquello se queda en momentos.
Saludos y letras

Anónimo dijo...

Las paredes se hcieron para estrellar a nuestra amor contra ellas al momento de darle los besos más indecentes y pasionales que puedan existir.